martes, 6 de julio de 2010

Kwaidan (2)

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En estas páginas aparece el fiero Fudo Myoo, uno de los Cinco Reyes de la Sabiduría en el budismo esotérico del Japón. La imagen belicosa de este dios, con su espada en la diestra y la cuerda para atar a los demonios en la otra mano, me resulta particularmente sugestiva. Es común en el budismo esotérico o tántrico el aspecto paradójicamente terrorífico de estas deidades benévolas, protectoras de la fé y enemigos de las fuerzas malignas. Fudo, el Inamovible ( porque resiste firme los embates del mal) era la divinidad tutelar de los yamabushi; sus torvas imágenes, usualmente flanqueadas por las de sus dos denodados asistentes, solían encontrarse en los parajes más agrestes de las montañas, o junto a recónditas cascadas.
In these pages fierce Fudo Myoo, one of the Five Kings of Wisdom in Japanese esoteric Buddhism, rears his ugly head. I find the bellicose icon of this god, with a sword in the right hand and a coil of rope to bind demons in the left, particularly suggestive. It is common to find in esoteric or Tantric Buddhism benevolent deities with paradoxically terrorific aspect. Fudo, the Immovable (because he resists unshaken the onslaught of evil) was the patron divinity of the yamabushi. His fearsome images - usually in the company of those of his redoubtable assistants- are found in the wilderness, on the side of mountains or close to waterfalls.



















Todas las imágenes son copyright de Enrique Alcatena

8 comentarios:

  1. Espléndidas páginas, más tratándose de la cultura de oriente; una lástima que en las escuelas de arte del país, al menos pasa en la que estudio actualmente, no se enseñe nada sobre ese amplísimo punto del mundo. Por cierto, leí Imperator el otro día, sublime.

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  2. Es fantastico lo que haces Quique, aprendo mucho y me motiva a seguir trabajando... Sos el mejor

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  3. increíble Quique.- sos un MAESTRO.-

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  4. Gracias a a todos por sus comentarios.
    Thank you!

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  5. Es cierto, en Kwaidan, Kobayashi, adapta cuatro relatos populares recopilados por Hearn. No la ví. Gracias, Quique, ni la conocía. Ya conseguí tres afiches digitales diferentes del film. También es célebre el daguerrotipo de Lafcadio en kimono. Ahora, después de ver tu Kwaidan, ya no necesito sonido, ni siquiera esa ilusión óptica que llamamos cine. Acá estoy ante una obra estrictamente espacial. Gracias a los dioses, tus páginas no duran la escasa hora y media. Uno puede quedarse mirándolas mucho más y seguir descubriendo una línea que antes no había visto, la cual va modificando, ahora sí de modo temporal, el símbolo y su propia hermenéutica. Lamento la excesiva extensión del mensaje. Gracias, che. Gracias, Quique.

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  6. Manuel, muchas gracias por escribir, y por tus conceptos. Sin falsa modestia, te digo que lo bueno que pueda haber en mi trabajo se debe a que estoy subido a los hombros de gigantes: en este caso, Hearn, Kobayashi, los maestros del Ukiyo-e, etc. Transmitir el gozo que sentí al asomarme a su obra me mueve a compartirlo.

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